Los riñones desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de una buena salud y una función corporal adecuada. Cada 30 minutos, los riñones trabajan para eliminar los desechos, las toxinas y el exceso de líquido del cuerpo. Además, ayudan a regular la presión arterial, orientan la producción de glóbulos rojos, mantienen los huesos sanos y equilibran las sustancias químicas de la sangre, vitales para la vida.1 Un artículo en línea de la Biblioteca Nacional de Medicina titulado Enfermedad Renal Crónica: Papel de la Dieta en la Reducción de la Gravedad de la Enfermedad, plantea que: “Se estima que alrededor de treinta y siete millones de adultos estadounidenses padecen enfermedad renal crónica (ERC), lo que representa más de uno de cada siete. Aún más sorprendente es que nueve de cada diez adultos no saben que tienen la enfermedad, y la mitad de los adultos con poca función renal que no están en diálisis no saben que tienen ERC” 2 A menudo la ERC no se diagnostica debido a la falta de síntomas aparentes.
¿Cómo chequear la salud de sus riñones?
Para mantener un estilo de vida saludable que satisfaga sus necesidades específicas es fundamental comprender cómo funcionan sus riñones. Los exámenes físicos periódicos pueden ayudar a detectar cualquier signo de enfermedad renal al chequear varios indicadores como la presión arterial, frecuencia cardíaca, hinchazón, dolor y cambios en la piel. En ocasiones estos exámenes pueden revelar síntomas sutiles de problemas renales. Se recomienda realizarse un examen físico cada 1-2 años entre los 20 y 50 años, y anualmente después de los 60.
Si usted sospecha que algo pudiera andar mal con su función renal, puede pedirle a su médico de atención primaria que le haga un análisis de orina. Esté alerta a síntomas como orina espumosa o burbujeante, sangre en la orina, hinchazón de los pies, tobillos, piernas o cara, fatiga excesiva, náuseas, vómitos, falta de apetito, dificultad para respirar debido a la acumulación de líquido en los pulmones, picazón o erupciones cutáneas y anemia causada por un recuento bajo de glóbulos rojos. 3 Tenga en cuenta que estos síntomas también pudieran indicar diferentes condiciones subyacentes. Si experimenta alguno de estos síntomas, es importante consultar a su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
¿Quiénes están en riesgo?
Ciertas condiciones médicas y algunos hábitos de estilo de vida pueden hacer que las personas estén en mayor riesgo de padecer ERC. Esto incluye:
Diabetes tipo 1 o 2.
Hipertensión.
Enfermedad renal hereditaria (poliquística).
Obstrucción prolongada del tracto urinario (cálculos renales, agrandamiento de la próstata y algunos tipos de cáncer).
Infecciones renales repetidamente .
Enfermedades que causan inflamación de los riñones.
Enfermedades del corazón.
Fumar.
Obesidad.
Edad avanzada.
Uso frecuente de medicamentos que dañan los riñones.
Alcoholismo.
¿Qué pasa si tengo o estoy en riesgo de tener una enfermedad renal?
Si usted descubre que tiene una enfermedad renal o que está en riesgo debido a enfermedades que afectan sus riñones, existen hábitos, tales como seguir la dieta renal, que puede adoptar para promover la salud renal. La dieta renal está diseñada específicamente para personas con enfermedad renal. Antes de profundizar en los detalles de la dieta renal, es importante consultar a su proveedor de atención médica si no tiene enfermedad renal, pero tiene una condición que afecta sus riñones. Su médico puede ayudarlo a determinar si esta dieta sería beneficiosa para usted. Sin embargo, si usted no tiene enfermedad renal ni ninguna condición relacionada, no se recomienda la dieta renal, ya que restringe ciertos nutrientes que son esenciales para su salud general.
¿Qué es la dieta renal?
Una dieta renal está dirigida a disminuir la cantidad de desechos en la sangre mediante la disminución en el consumo de sodio, fósforo y proteínas. Las personas con función renal comprometida tienen dificultades para eliminar estos productos de desecho de la sangre, por lo que reducir nutrientes específicos en su dieta puede ayudar a preservar la función renal. Además, es posible que algunos pacientes también necesiten limitar su ingestión de potasio y calcio. 4 Teniendo en cuenta que el cuerpo de cada persona es único, es esencial que cada paciente colabore con un dietista renal para crear una dieta adaptada a sus necesidades específicas.
Puntos claves sobre la dieta renal4
Limitar los alimentos procesados y el consumo a 400 mg por comida y 150 mg por refrigerio.
Limitar la leche y productos lácteos a un total de 8 oz por día.
Limite los alimentos ricos en potasio, incluidos el pescado, jugos de cítricos, frijoles, espinacas, patatas, plátanos y aguacates.
Maneje el consumo de proteínas según la etapa de la ERC en que usted se encuentre.
Es muy importante el control de los líquidos para las personas que se encuentren en etapas avanzadas de la ERC. Beba únicamente la cantidad que le recomiende su médico, incluidos los alimentos que puedan derretirse a temperatura ambiente y los líquidos utilizados para cocinar.
Evite los alimentos con alto contenido de fósforo, como la carne, la comida rápida, las semillas, leche, pescado enlatado, refrescos de cola y queso.
Concéntrese en alimentos integrales frescos y de alta calidad, incluidas proteínas magras y frutas y verduras frescas.
Si usted no sabe por dónde empezar, considere comenzar a llevar un diario de alimentos. Adquiera el hábito de leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos y trabaje con su médico y dietista renal para comprender las porciones específicas y las recomendaciones dietéticas adaptadas a sus necesidades particulares y a la etapa de ERC en la que se encuentra.
¿Y en cuanto a las vitaminas y suplementos?
Al seguir una dieta renal o tomar medicamentos para la ERC, es posible que necesite agregar vitaminas a su rutina diaria para compensar cualquier deficiencia en su alimentación. Es importante evitar los remedios a base de hierbas y los suplementos nutricionales de venta libre, a menos que su proveedor de atención médica o su dietista de la ERC se los recomiende. Seguidamente se muestra una lista de vitaminas que es posible que deba tomar, así como aquellas que se deben evitar.
Suplementos Recomendados5
Dependiendo de su salud y otros factores, su proveedor de atención médica puede recomendarle las siguientes vitaminas:
Complejo B: actúa para ayudar a prevenir la anemia.
Otras vitaminas B: la tiamina, la riboflavina, el ácido pantoténico y la niacina pueden ayudar al cuerpo a convertir los alimentos en energía utilizable.
Hierro: si está tomando algún medicamento para prevenir la anemia, es posible que necesite agregar un suplemento de hierro. Tome hierro solamente si su proveedor de atención médica se lo receta.
Vitamina C: apoya el tejido sano y promueve una curación más rápida de heridas, hematomas e infecciones. Dado que la dieta renal carece de nutrientes, puede que su proveedor de atención médica le recomiende esta vitamina.
Vitamina D: la vitamina D es importante para mantener huesos sanos. Su proveedor de atención médica puede recetarle esto en las etapas avanzadas de la ERC. Sólo debe tomar este suplemento si su proveedor de atención médica se lo indica.
Suplementos que Debe Evitar5
Vitaminas liposolubles como la A, E, D y K: es probable que estas vitaminas hagan más daño que bien al acumularse en el cuerpo, lo que, con el tiempo, puede causar problemas.
Si usted está viviendo con ERC, la dieta renal puede ser beneficiosa para usted. Si tiene mayor riesgo de desarrollar enfermedad renal, es importante programar controles periódicos con su proveedor de atención médica y mantenerse informado acerca de las vitaminas que debe incluir en su dieta. Puede encontrar vitaminas de alta calidad en su farmacia local. No dude en preguntar a nuestro equipo de farmacia cómo podemos apoyar su viaje hacia una mejor salud.
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